Este blog tiene como fin, dar opinión sobre temas de actualidad politica, de vivencias pesonales y de temas de sociedad. Todo ello como aportación para hacer una sociedad libre, en la que se pueda vivir sin maldades, sin resentimiento y ayudándonos mutuamente, con la única finalidad de ser feliz.

lunes, 28 de mayo de 2007

CHINA CONTRAATACA



SIEMPRE SE HA DIVULGADO EL TEMOR QUE OCCIDENTE TIENE A LA ECONOMIA CHINA. SIN EMBARGO NO HACEMOS NADA PARA FRENARLA.
SE ESTAN DANDO CUENTA QUE NOSOTROS SOMOS EL PUENTE PARA EL TERCER MUNDO.
MIENTRA NOSOTROS DAMOS LA ESPALDA A AFRICA, ELLOS EMPIEZAN A HACER NEGOCIOS CON EL TERCER MUNDO.
LAS DOS FUERZA-CHINA EL PODER- Y -AFRICA LA NECESIDAD -, LLEGARAN, EN SU MEDIDA, A SER MUY PODEROSAS.



A continuación os dejo este reportaje para que penseis sobre este tema, es de Adian Foncillas.

28/5/2007
REPORTAJE

El frenesí del pueblo chino
• Los chinos son muy aficionados al juego y se han adaptado con rapidez a la bolsa de valores
• Las autoridades piden a las firmas que alerten del riesgo a los inversores

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN
Los chinos abrazaron al momento la religión que Deng Xiaoping les propuso con su proclama de "enriquecerse es glorioso", pero han pasado más de 25 años hasta que acudieran en masa a los templos capitalistas (o del socialismo con matices chinos). Hoy, las oficinas de cambio son centro social y negocios de pequeños inversores que confían en la bolsa.Las cifras certifican el crecimiento: en los parquets de China continental (Shanghái y Shenzen) hay 96 millones de cuentas de accionistas, se abren 200.000 nuevas cada día. Los inversores particulares controlan ya el 60% de las acciones. Las causas son varias: los chinos aman el juego y el dinero, así que la bolsa es una tentación insuperable. Y sobre todo, no hay vía legal más rápida para ganar dinero hoy en China.Los enriquecimientos veloces son sospechosos, casi siempre acompañados de corrupciones. En los últimos meses, la prensa abunda en casos de magros ahorros estirados hasta pequeñas fortunas gracias solo al olfato inversor de un jubilado o un campesino. La agencia de noticias hablaba de una exlimpiadora de 52 años como la diosa de los parquets. "He ganado en un mes más que en diez años de trabajo", decía. El diario China Daily sacaba en portada a un monje budista abriendo una cuenta con sus 100 yuanes (10 euros) de salario en la provincia de Shaanxi. "Haré buenas acciones con las ganancias", prometía.Tras muchos años tediosos, la bolsa de Shanghái subió un 130% en el 2006. El Gobierno no quiere detener por ahora el frenesí del pueblo. El rumor de un impuesto sobre las ganancias en bolsa provocó en febrero el martes negro: la caída, del 9%, impactó por primera en los mercados occidentales. Pekín lo negó y los valores se recuperaron en un solo día.Sentido del riesgoChina pidió este mes de mayo a sus bolsas que, mediante las firmas de valores y fondos, educaran a los inversores. Estos suelen carecer de sentido del riesgo, acuden a los mercados con la certeza de un dinero rápido y fácil y el olímpico desprecio al principio de que todo lo que sube, baja. Es probable que influya que lleven oyendo más de 25 años las advertencias occidentales sobre el inminente fin del milagro económico. No son raros los inversores, sobre todo en el sur, que piden créditos bancarios o hipotecas.Las advertencias son múltiples. Li Ka-Shing es el hombre más rico de China, un gurú de las inversiones apodado Supermán. "La historia dice que una situación donde las acciones se venden 50 veces más alto que los dividendos que generaron acaba en desastre", aseguró. El Banco Popular de China sostuvo que se podría estar generando una burbuja. El primer ministro, Wen Jiabao, había alertado de problemas financieros si la tendencia continuaba.Las oficinas de bolsas son ya centros sociales donde pasar la mañana escrutando las cotizaciones en grandes pantallas, leyendo fanzines económicos o invirtiendo. Suelen ser oscuros y no mucho más aireados que los cibercafés donde muchos jóvenes malgastan noches enteras. Zhao Xueqing, estudiante de 23 años, invierte por consejo de su madre, que duplicó en un año sus ganancias. "No tengo miedo de que la bolsa caiga. Si hubiera peligro, nuestro corredor nos avisaría antes. Es de confianza".Zan Yu Li, jubilada, acaba de abrir una cuenta después de haber acudido a diario durante meses con un taburete donde reposar su pierna maltrecha. "No voy a invertir a lo loco, como los demás. Quiero una buena jubilación. Los bancos solo me ofrecían un interés del 2,79%. Ahora, del 3,06%, pero aún me parece muy poco. Además, en la bolsa, el tiempo pasa más rápido".

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